Inzá, un tesoro arqueológico y natural en el corazón del Cauca

Este municipio, ubicado en la vertiente oriental de la cordillera Central, es hogar de uno de los patrimonios arqueológicos más importantes de Colombia: Tierradentro.
Inzá, Cauca: entre montañas, historia y espiritualidad
Inzá, conocido como “la tierra del maíz”, es un destino que sorprende a propios y visitantes por su riqueza arqueológica, belleza natural y legado indígena. Situado en la zona oriental del departamento del Cauca, limita con el Huila y es atravesado por imponentes montañas, quebradas cristalinas y una historia que remonta siglos atrás.
El principal atractivo turístico del municipio es el Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este lugar es célebre por sus hipogeos funerarios subterráneos, pinturas rupestres y estatuas talladas en piedra, que narran la cosmovisión y ritos funerarios de las culturas ancestrales que habitaron la región hace más de 1.000 años.
Turismo con identidad: más que ruinas, un territorio vivo
Pero Inzá es mucho más que vestigios arqueológicos. En sus veredas se puede compartir con comunidades indígenas Nasa y campesinas que conservan tradiciones agrícolas, espirituales y culturales. Los visitantes pueden hacer caminatas ecológicas, participar en rituales tradicionales y probar alimentos autóctonos como el mote, la chicha y el maíz en todas sus formas.
El mirador de San Andrés de Pisimbalá, punto de partida para el recorrido por Tierradentro, ofrece una panorámica imponente de los valles y montañas. También es común ver a viajeros practicando senderismo, observación de aves y turismo de bienestar en medio de un ambiente de paz y conexión con la naturaleza.
Un llamado al turismo responsable
Las autoridades locales y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) han hecho un llamado para fortalecer el turismo responsable y sostenible en la zona, con respeto por las comunidades, el entorno natural y el valor cultural del territorio.
Visitar Inzá es recorrer uno de los pueblos más auténticos del Cauca, un lugar donde el tiempo parece detenerse y donde cada piedra, montaña y ceremonia guarda un pedazo del alma del sur colombiano.