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Carlo Ancelotti revoluciona la selección de Brasil con una filosofía adaptativa que combina la experiencia europea con el talento natural brasileño, marcando una nueva era en la Canarinha

Ancelotti ha implementado un enfoque táctico flexible que rechaza la rigidez de identidades fijas, declarando que «en el fútbol no se puede hacer una sola lectura. Tiene que ser un fútbol proactivo en algunos partidos y reactivo en otros» y que «no me gustan los equipos que entreno y tienen una identidad, significa que solo eres capaz de hacer una cosa». El técnico italiano ha evolucionado desde su formación en la disciplina del Milan de Sacchi hacia una filosofía que prioriza la creatividad individual, confesando que «si tienes a un gran jugador, debes adaptarte tú a él, no al revés».

En el aspecto táctico, Ancelotti ha mantenido su esquema preferido 4-3-3 en ataque que se transforma en 4-4-2 al replegarse, implementando una formación ofensiva con hasta cuatro delanteros que incluye figuras como Raphinha, Estevão, João Pedro y Gabriel Martinelli. Su filosofía se basa en «dar libertad a la creatividad» y proporcionar «instrucciones sin el balón», permitiendo que jugadores como Vinícius Jr. expresen su talento natural sin restricciones tácticas rígidas. El veterano entrenador ha demostrado pragmatismo en sus decisiones, como dejar fuera a Neymar por criterios físicos y técnicos mientras reincorpora jugadores experimentados como Casemiro por su liderazgo, buscando el equilibrio perfecto entre el talento brasileño tradicional y la disciplina táctica europea.