Juegos Indígenas Nasa fortalecen identidad y convivencia comunitaria
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Los municipios de Palmira, Pradera y Cali se convirtieron este fin de semana en el escenario central de los I Juegos Indígenas del Pueblo Nasa, un encuentro que combina tradición, deporte y cultura en un ambiente de unidad comunitaria. Este evento histórico reúne a delegaciones de distintos resguardos que han llegado para compartir sus saberes ancestrales y competir en disciplinas propias de su legado. La participación activa de niños, jóvenes y mayores refleja la importancia de preservar las raíces y fortalecer los lazos de hermandad entre los pueblos originarios.
Las justas deportivas no solo resaltan la capacidad física y la destreza de los participantes, sino que también promueven el respeto, la armonía y la convivencia como pilares centrales de la vida indígena. En cada competencia, los asistentes observan rituales, símbolos y prácticas que dan sentido espiritual al deporte dentro de la cosmovisión Nasa. Las actividades se han realizado en medio de un ambiente festivo que atrae a habitantes de las tres localidades.
Los organizadores destacan que estos juegos representan un acto de memoria colectiva, pues permiten reafirmar derechos culturales y territoriales a través de la práctica física y el intercambio comunitario. Líderes indígenas señalan que este tipo de espacios son fundamentales para transmitir a las nuevas generaciones el valor de la identidad y el respeto por la tierra. El evento ha contado con el acompañamiento de autoridades tradicionales y entidades locales.
Para muchos jóvenes, participar en estas competencias es una oportunidad para reconectarse con su origen y aprender de los mayores. Las prácticas deportivas tradicionales —como el tiro con cerbatana, la carrera de resistencia y los juegos de fuerza colectiva— fortalecen la disciplina y el trabajo en equipo. Cada prueba se convierte en una enseñanza de vida, donde el objetivo no es solo ganar, sino compartir y honrar el espíritu comunitario.
El ambiente que se vive en los municipios anfitriones refleja la alegría del encuentro. Familias enteras se han desplazado para presenciar las actividades, portar sus atuendos propios y participar en los espacios culturales programados. La música, la danza y las artesanías acompañan cada jornada, mostrando la riqueza del pueblo Nasa y su capacidad para mantener viva su herencia.
Uno de los mensajes más repetidos durante la inauguración fue que “la paz se construye desde la cultura”, una afirmación que resume el sentido más profundo de estos juegos. Los líderes recalcaron que para los pueblos indígenas la paz no es una meta abstracta, sino una práctica diaria que se alimenta del respeto, la palabra y el reconocimiento mutuo. Estas competencias se establecen así como un escenario pedagógico para fortalecer la convivencia.
Además del componente cultural, los juegos también impulsan la salud, el deporte y la prevención de violencias en comunidades que históricamente han enfrentado situaciones adversas. Las autoridades locales resaltaron la importancia de seguir apoyando iniciativas de este tipo, pues permiten proyectar un modelo de integración comunitaria desde la diversidad. Los municipios participantes han brindado apoyo logístico y acompañamiento institucional.
El evento también ha sido una oportunidad para consolidar alianzas entre los pueblos Nasa y distintos sectores sociales. Organizaciones comunitarias, instituciones educativas y colectivos culturales han articulado esfuerzos para garantizar una programación amplia y respetuosa de los principios indígenas. Este trabajo conjunto se ha traducido en una jornada de inclusión y fortalecimiento social.
Los participantes han manifestado su orgullo por ser parte de esta primera edición, que consideran un hito para el reconocimiento de su cultura en el Valle del Cauca. La expectativa es que esta experiencia se convierta en un referente anual que convoque a más resguardos y fortalezca la visibilidad de los pueblos originarios en la región. Según los organizadores, el impacto comunitario ha superado las expectativas iniciales.
El cierre de los I Juegos Indígenas del Pueblo Nasa dejará no solo medallas y reconocimientos, sino también un mensaje profundo sobre la importancia de la unión, la memoria y la cultura como herramientas para construir un futuro en paz. Las comunidades anfitrionas celebran esta experiencia como un acto de resistencia espiritual y un encuentro que reafirma que la identidad, cuando se practica colectivamente, se convierte en fuerza transformadora para toda la región.
