El año que puso a prueba a Arias y lo dejó en pie

Errores, lesiones y títulos forjaron su carácter.

JUGADOR JUAN JOSE ARIAS

Para Juan José Arias, la temporada 2025 no fue un simple escalón más en su carrera, sino un recorrido exigente que lo obligó a crecer aceleradamente en un club donde la presión convierte cada partido en un examen permanente.

Con apenas 21 años, el defensor se ganó un lugar en una zona donde el error pesa el doble, asumió responsabilidades desde el fondo y respondió en escenarios de alta exigencia, incluyendo partidos determinantes de Copa Libertadores, donde Atlético Nacional necesitaba carácter y personalidad.

Aprender desde el error y la crítica

El proceso, sin embargo, no fue lineal ni cómodo, porque junto a los minutos llegaron equivocaciones puntuales, expulsiones consecutivas y señalamientos públicos que pusieron a prueba su fortaleza mental y su capacidad para sostenerse en el primer equipo.

Lejos de evadir ese contexto, Arias asumió los tropiezos como parte esencial de su formación, entendiendo que el fútbol profesional no se construye solo desde el aplauso, sino desde la autocrítica, el análisis y la capacidad de corregir.

Cuando parecía consolidar continuidad plena, una lesión en el tramo final de la temporada lo obligó a cerrar el año desde la tribuna, una experiencia que, según él mismo reconoce, resultó tan dura como formativa, al aprender a aportar desde el respaldo emocional y colectivo.

Un título que valida el proceso

A pesar de la lesión, Arias estuvo presente en la final de la Copa Colombia y celebró junto a sus compañeros la obtención del octavo título del club en este certamen, un logro que respaldó el trabajo colectivo y la planificación del cuerpo técnico.

Bajo la dirección de Diego Arias, Nacional apostó por la confianza en los juveniles y por un manejo de grupo que permitió sostener la competitividad, incluso en un año donde el equipo quedó en deuda en Liga y Libertadores.

El propio defensor reconoce que no avanzar más lejos a nivel continental dejó un sabor amargo, especialmente por el rendimiento en casa frente a rivales de peso, aunque la clasificación internacional y la posibilidad de disputar la Copa Suramericana mantienen viva la ambición.

En lo personal, Juan José Arias cierra 2025 con la sensación de haber vivido todo lo que forma a un futbolista de élite: jugó, erró, se lesionó, volvió a levantarse y levantó un trofeo, mientras aprendía de referentes como Tecillo, Cardona y Morelos.

Así, el año queda marcado como un punto de quiebre en su carrera, no solo por los minutos o los títulos, sino por una madurez que empieza a notarse dentro y fuera de la cancha, proyectándolo como un defensor joven que ya entiende la exigencia histórica de Atlético Nacional.