Atlético Nacional cae frente Internacional 3-0

noche amarga en Porto Alegre
Nacional intentó presionar con Hinestroza y Viveros, pero pronto el Inter tomó el control.
¡Se apagó la chispa verdolaga en Brasil! Atlético Nacional no encontró el camino en Porto Alegre y terminó goleado 3-0 por un implacable Internacional, que fue superior de principio a fin en la segunda jornada del Grupo F de la Copa Libertadores 2025. Fue una noche para el olvido para los dirigidos por Javier Gandolfi, que sufrieron errores propios, decisiones arbitrales y un rival que no perdonó.
🟨 Destacado: «El ‘colorado’ bailó al ‘verde’ en su casa. Goleada, penalti, roja y desconcierto total para Nacional, que perdió más que tres puntos en Brasil».
Desde el arranque, el juego fue abierto. Nacional intentó presionar con Hinestroza y Viveros, pero pronto el Inter tomó el control. Al minuto 17, David Ospina salvó lo que era el primero tras un mano a mano. Y aunque Nacional tuvo alguna con Viveros (min 53) y otra con Hinestroza (min 60), la historia se empezó a torcer tras una falta de Tesillo en el área.
Minuto 47: penal para Inter. El VAR validó la infracción y Alan Patrick cambió por gol (50′). El 1-0 subió al Beira-Rio, y Nacional se puso muy nervioso. Hinestroza, el más desequilibrante, fue expulsado por una fuerte entrada al 70′. Roja directa. Se desmoronaba el plan de Gandolfi.
Con un hombre más, Inter presionado. Al 82′, nuevo penalti tras falta de Asprilla , y otra vez Alan Patrick la mandó a guardar para el 2-0. Como si fuera poco, en el 88′ llegó el tercero: jugada colectiva que terminó con el mismo Patrick empujando el balón para firmar el triplete.
El juez añadió cinco minutos, pero ya no había alma en la cancha para reaccionar. Nacional bajó los brazos y dejó una imagen preocupante. El equipo antioqueño perdió el liderazgo y dejó dudas en defensa, orden y carácter.
Ahora, el reto será reponerse ante Bahía en Medellín. El Atanasio deberá ser una caldera para revivir a un Nacional que, si bien arrancó goleando en la Libertadores, ahora se estrella con la realidad: la Copa no perdona.