image (5)

El 26 de noviembre de 2024, en Popayán, el equipo infantil de Balboa escribió una página inolvidable en su historia deportiva al consagrarse campeón del Torneo Departamental de Fútbol, tras vencer en un emocionante y reñido encuentro al conjunto ACD Escarlata. Desde los primeros minutos del partido, los jóvenes talentos, entre ellos figuras destacadas como Santiago Arboleda, evidenciaron una combinación admirable de concentración, disciplina y un sobresaliente desempeño táctico. Esa madurez dentro del campo fue el reflejo fiel del proceso de formación que han venido fortaleciendo en su municipio y que hoy les permite celebrar con orgullo un triunfo que marca un antes y un después para el fútbol balboense.

La final reunió a familias, entrenadores, dirigentes y aficionados que, con banderas y aplausos, acompañaron con entusiasmo a los pequeños deportistas. Ellos respondieron entregándose por completo al juego, demostrando dominio del balón, inteligencia en la toma de decisiones y una determinación que se hizo evidente en cada jugada ofensiva y en cada recuperación defensiva. El marcador final fue la expresión del esfuerzo continuo y del compromiso que los niños asumieron durante los entrenamientos previos, donde trabajaron estrategias, fortalecieron la comunicación entre líneas y perfeccionaron un estilo de juego basado en la solidaridad y la constancia.

Los directivos resaltaron que este título es resultado del notable crecimiento deportivo que ha experimentado Balboa en los últimos años, impulsado por la consolidación de las escuelas de formación, la dedicación de los entrenadores y el acompañamiento permanente de las familias. Además, subrayaron que la participación en un torneo de alto nivel como este permitió a los jugadores adquirir experiencia competitiva, enfrentar rivales de gran exigencia y demostrar que su talento comienza a llamar la atención en diferentes municipios del departamento.

Durante el enfrentamiento, el equipo mostró una defensa ordenada y firme, una salida con el balón clara y organizada, y una ofensiva capaz de generar constantes opciones de peligro que desestabilizaron al rival. La actitud, el carácter y la confianza colectiva marcaron la diferencia en una final vibrante, donde cada jugador aportó desde su posición para alcanzar el anhelado título. Entrenadores y acompañantes coincidieron en que la madurez deportiva alcanzada por los niños fue determinante para coronarse campeones, consolidando así un proceso que promete seguir creciendo en las próximas competencias.