Científicos crean útero artificial para salvar a bebés prematuros extremos

Científicos crean útero artificial para salvar a bebés prematuros extremos

Científicos crean útero artificial para salvar a bebés prematuros extremos

Un equipo internacional de científicos ha desarrollado un útero artificial capaz de mantener con vida y favorecer el desarrollo de bebés nacidos a los seis meses de gestación, considerados prematuros extremos. Este avance podría revolucionar la neonatología y aumentar drásticamente las tasas de supervivencia en recién nacidos que hoy dependen de complejos cuidados intensivos.

Un entorno que imita el útero materno

El sistema consiste en un tanque flexible lleno de líquido amniótico sintético, diseñado para replicar las condiciones del útero humano. Dentro de este ambiente controlado, el bebé puede flotar, moverse y continuar su desarrollo natural, protegido del aire y de infecciones externas.

La innovación incluye una placenta artificial que se conecta al cordón umbilical del bebé, suministrando oxígeno y nutrientes esenciales mientras retira dióxido de carbono y desechos metabólicos, del mismo modo que lo haría una madre durante el embarazo.

Una esperanza para los nacimientos prematuros extremos

Los bebés nacidos antes de las 26 semanas enfrentan un alto riesgo de mortalidad o de sufrir graves secuelas neurológicas y pulmonares. Con esta nueva tecnología, los investigadores esperan reducir las complicaciones respiratorias y mejorar el desarrollo cerebral y orgánico en los casos más críticos.

Según los responsables del estudio, el útero artificial no reemplazará la gestación natural, sino que servirá como un puente entre el parto prematuro y la maduración completa, ofreciendo un entorno más seguro y fisiológico que una incubadora tradicional.

Próximos pasos y desafíos éticos

El sistema ha sido probado con éxito en modelos animales, y los científicos planean iniciar ensayos clínicos en humanos en los próximos años, una vez se obtengan las aprobaciones éticas y regulatorias necesarias.

Aun así, el avance plantea importantes debates éticos y sociales, especialmente sobre los límites de la intervención médica en la gestación y el desarrollo fetal. Sin embargo, su potencial para salvar miles de vidas cada año lo convierte en uno de los hitos más prometedores de la medicina moderna.