El atleta jamaiquino Kishane Thompson, de 24 años, firmó en junio de 2025 el mejor tiempo de la prueba reina del atletismo

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En el deporte –con el debido perdón–, no hay nada más majestuoso que los 100 metros planos del atletismoEn la prueba reina hay mucha tensión. Los ojos del atleta no ven a ningún lado, pero son observados, con atención, por millones de personas. No solo los clisos, sino sus cuerpos atléticos, casi perfectos, con músculos que nisiquiera sabíamos que existían dispuestos a llegar al límite.

No importa tanto cómo se ven los deportistas. Es más relevante lo que hacen. Los gestos, las señas que realizan frente a la cámara son una manera de exteriorizar la tensión que llevan en sus pensamientos. Con expresiones como golpearse los muslos o el pecho con una fuerza tremenda, tratan de amainar la cabeza.

Así se obligan a no cavilar en nada más que en la línea de meta, tan cerca, pero al tiempo tan lejos, que los lleva a la gloria, mientras suena el disparo que, en milésimas de segundo, rompe el silencio sagrado de antes del inicio de la prueba reina del atletismo, donde Kishane Thompson, un joven jamaiquino de 24 años, se perfila para nuevo rey.

De cabello siempre trenzado, algunas veces con dreadlocks, unas más con el peinado tradicional, este hombre moreno de brazos fuertes, anchos, que le dan potencia y algo de aerodinámica al correr con sus piernas delgadas, pero tonificadas, es el heredero de un gigante: Usain Bolt.

No porque sea su hijo, sino debido a que al haber nacido, crecido y corrido en Jamaica –en Saint Catherine, ciudad del sur de la isla–, donde el atletismo y los 100 metros son una religión, el deporte nacional por el cual el país se paraliza y todo el mundo da la vida, tiene un peso grande sobre sus hombros.