Una ola de calor sin precedentes afecta este fin de semana a gran parte de Estados Unidos, impactando directamente en la organización y el desarrollo de eventos deportivos al aire libre. Con temperaturas que superan los 40 grados Celsius, los organizadores han tenido que adoptar estrictas medidas para proteger a atletas y espectadores, especialmente en disciplinas como el béisbol, el golf y torneos de alto nivel como el KPMG Women’s PGA Championship y el Travelers Championship.
En ciudades como Chicago, los partidos de béisbol en Wrigley Field se han desarrollado bajo un calor sofocante, obligando a habilitar zonas de sombra, puntos de hidratación y protocolos médicos adicionales para prevenir casos de insolación o deshidratación. Jugadores y fanáticos deben extremar precauciones, especialmente adultos mayores y niños, quienes son más vulnerables ante estas condiciones.
En Connecticut, durante el torneo Travelers Championship, se reportaron varios casos de espectadores con síntomas de agotamiento por calor, aunque todos fueron atendidos sin mayores complicaciones. Mientras tanto, en Texas, donde se disputa el KPMG Women’s PGA, se han modificado los horarios de salida de los grupos, priorizando las primeras horas del día y reduciendo la exposición solar directa.
Las autoridades deportivas y de salud han emitido recomendaciones claras: usar ropa ligera, evitar la exposición prolongada al sol, mantenerse hidratados constantemente y reportar cualquier síntoma sospechoso. Aunque hasta ahora no se han cancelado competencias, los organizadores están en constante evaluación para evitar emergencias mayores.
Esta situación pone en evidencia los efectos del cambio climático en el deporte profesional, donde ya no solo se compite con otros atletas, sino también contra las condiciones ambientales. La salud de todos se ha convertido en prioridad frente a los desafíos de un verano cada vez más extremo.