Ubicado a las orillas de la Laguna de La Cocha, este corregimiento es uno de los tesoros turísticos más encantadores de Nariño. Naturaleza, cultura y tranquilidad en un solo lugar.
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Un rincón de cuento en la cordillera
A solo 27 kilómetros de Pasto, capital de Nariño, se encuentra El Encano, un pequeño paraíso enclavado entre montañas, niebla y flores silvestres. Este corregimiento es el punto de acceso a la impresionante Laguna de La Cocha, el segundo cuerpo de agua natural más grande de Colombia, declarado humedal Ramsar por su biodiversidad.
El paisaje es de ensueño: casas de madera pintadas de colores vivos, balcones llenos de geranios, calles tranquilas y embarcaderos donde comienzan las travesías por la laguna. Este ambiente andino, único en el país, ha convertido a El Encano en uno de los destinos turísticos más buscados por quienes desean vivir una experiencia natural, cultural y espiritual.
Turismo sostenible, gastronomía y espiritualidad
El Encano no solo ofrece paisajes. Su comunidad ha impulsado un modelo de turismo sostenible que promueve el cuidado del ecosistema y la cultura local. Aquí podrás hospedarte en acogedoras cabañas junto a la laguna, navegar en botes tradicionales hacia la Isla La Corota, visitar su santuario natural y recorrer senderos ecológicos donde habitan aves endémicas y especies vegetales únicas.
La gastronomía local también es un atractivo imperdible. La trucha arcoíris, preparada a la parrilla o al ajillo, es el plato insignia. Acompañada de papas criollas y ají casero, es una delicia que enamora a cada visitante.
¿Por qué visitar El Encano?
- Está a solo 40 minutos del Aeropuerto Antonio Nariño.
- Tiene conexión directa con Pasto y otros municipios del sur.
- Es ideal para planes en pareja, escapadas familiares o viajes de conexión espiritual.
- Es uno de los mejores lugares del país para el avistamiento de aves y fotografía de paisajes.
Con más de 100 mil visitantes al año, El Encano se consolida como un destino clave en la oferta turística de Nariño y del sur de Colombia. Un lugar donde el tiempo se detiene, la neblina abraza los sentidos y la naturaleza habla con voz propia.