El Tabú Roto: Por Qué Es Vital Hablar de la Menstruación, los Senos y las Lesiones en el Deporte Femenino
«Es increíble, es algo que hay que celebrar, porque si nos fijamos en las estadísticas, una de las principales razones por las que las niñas abandonan el deporte es la imagen corporal

Hablar sobre la menstruación, los senos y las lesiones en el deporte femenino es crucial por varias razones que, durante mucho tiempo, han sido ignoradas o consideradas tabú. Reconocer y abordar estos temas es fundamental para mejorar el rendimiento, la salud y la seguridad de las atletas.
Aquí te explicamos por qué es tan importante:
1. El ciclo menstrual y el rendimiento
El ciclo menstrual no es simplemente una molestia, es un proceso biológico que tiene un impacto significativo en el cuerpo de una mujer. Las fluctuaciones hormonales (estrógenos y progesterona) a lo largo del ciclo pueden afectar:
- El rendimiento físico: Algunas atletas experimentan picos de energía y fuerza en ciertas fases del ciclo, mientras que en otras pueden sentir fatiga, calambres o dolor, lo que afecta su capacidad para entrenar y competir al máximo nivel.
- La recuperación: El cuerpo puede recuperarse de manera diferente de las lesiones o el entrenamiento intenso dependiendo de la fase del ciclo.
- La salud mental: Los cambios hormonales pueden influir en el estado de ánimo, causando irritabilidad, ansiedad o cambios emocionales que impactan la concentración y el bienestar general de la deportista.
Hablar abiertamente de esto permite a las atletas y a sus entrenadores adaptar los planes de entrenamiento y nutrición para optimizar el rendimiento y minimizar los efectos negativos.
2. Los senos y la biomecánica
Los senos, a menudo pasados por alto en el equipamiento deportivo, son un factor biomecánico clave.
- Impacto en el movimiento: La falta de soporte adecuado puede causar que los senos reboten considerablemente durante la actividad física. Por ejemplo, en un partido de fútbol, pueden rebotar miles de veces, ejerciendo una fuerza considerable sobre la parte superior del cuerpo. Este movimiento no solo es incómodo, sino que también puede alterar la postura, la zancada y el movimiento del torso, afectando directamente el rendimiento.
- Riesgo de lesiones: El rebote excesivo puede causar dolor en los senos, los hombros y la espalda. Además, el tejido mamario puede dañarse de forma permanente si no se le proporciona el soporte adecuado.
- Equipamiento especializado: Esto subraya la importancia de invertir en sujetadores deportivos de alto rendimiento. No son solo una prenda de comodidad, sino una pieza de equipamiento que puede mejorar el rendimiento y prevenir lesiones.
3. Mayor riesgo de lesiones específicas
Existen evidencias que sugieren que las mujeres tienen un mayor riesgo de sufrir ciertas lesiones, como la del ligamento cruzado anterior (LCA), en comparación con los hombres. Aunque las razones son multifactoriales, se cree que las hormonas femeninas, como la relaxina, pueden jugar un papel importante.
- Flexibilidad de las articulaciones: La relaxina, que aumenta la laxitud de los ligamentos, puede hacer que las atletas sean más vulnerables a lesiones, especialmente durante ciertas fases del ciclo menstrual.
- Prevención y tratamiento: Al comprender estos riesgos específicos, los equipos médicos y de entrenamiento pueden implementar programas de prevención más efectivos, centrados en fortalecer los músculos de soporte y educar a las atletas sobre los signos de advertencia.
En conclusión, hablar sobre estos temas es vital porque ayuda a:
- Eliminar tabúes y estigmas: Fomentar un diálogo abierto normaliza estas realidades biológicas y empodera a las atletas.
- Mejorar la salud y el bienestar: Permite que las deportistas reciban la atención médica y el apoyo adecuados para manejar sus cuerpos de manera óptima.
- Optimizar el rendimiento: Adaptar los entrenamientos y el equipamiento a las necesidades específicas del cuerpo femenino puede llevar a un mejor desempeño deportivo.
En resumen, no se trata de considerar a las mujeres como «mini-hombres», sino de reconocer sus particularidades biológicas y utilizarlas como una ventaja para construir un deporte femenino más seguro, equitativo y exitoso.