Fútbol turco en crisis: escándalo masivo de apuestas involucra a más de 150 árbitros

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El fútbol profesional en Turquía atraviesa uno de sus peores momentos en décadas. La Federación Turca de Fútbol (TFF) confirmó este lunes que 152 de los 571 árbitros en activo están bajo sospecha por participar en apuestas ilegales, incluyendo siete colegiados y 15 asistentes de la Süper Lig, la máxima categoría del país.

Según declaraciones del presidente de la TFF, Ibrahim Hacıosmanoglu, un solo árbitro llegó a realizar 18.227 apuestas, un número que evidencia la magnitud y organización del problema. «Estamos decididos a eliminar cualquier indicio de corrupción del fútbol turco. No habrá excepciones», aseguró el directivo durante la rueda de prensa.

Alarma por posibles estructuras de corrupción

Las investigaciones preliminares sugieren que las apuestas podrían formar parte de estructuras sistemáticas y organizadas, reflejando una supervisión insuficiente de los árbitros en Turquía. La revelación ha puesto en entredicho la credibilidad de la liga y ha generado preocupación entre clubes, aficionados y patrocinadores.

Sanciones y consecuencias legales

La TFF ya ha iniciado expedientes disciplinarios contra los implicados. Los estatutos de la federación prevén sanciones que van desde tres meses hasta un año de suspensión, y en casos graves, incluso inhabilitación de por vida.

Por el momento, no hay evidencia de que los árbitros hayan apostado en partidos que dirigieron personalmente. Sin embargo, si se comprueba que se comunicaron con árbitros de encuentros en los que participaron, podrían enfrentar cargos por amaño de partidos, lo que implicaría suspensión permanente y penas de prisión de 18 meses a 4 años y medio.

El caso de Zorbay Küçük

Entre los nombres más conocidos se encuentra Zorbay Küçük, quien declaró ante la fiscalía que otra persona abrió una cuenta de apuestas a su nombre y presentó una denuncia formal. Su testimonio se suma a la creciente lista de investigaciones que amenazan con redefinir la confianza en los árbitros turcos.

El escándalo promete generar repercusiones a largo plazo en la Süper Lig y podría marcar un punto de inflexión en la lucha contra la corrupción en el fútbol turco.