El arquitecto silencioso que blindó el arco verdolaga

La escuela de porteros de Nacional es hoy un modelo formativo reconocido.

MILTON PATIÑO DEPORTISTA

Desde que se retiró en 2012, Milton Patiño nunca abandonó el arco, sino que decidió habitarlo desde la pedagogía, la planificación y la construcción de un proyecto institucional que hoy explica buena parte del éxito de Atlético Nacional en la formación de porteros.

Exportero profesional y profundamente identificado con el club, Patiño transformó su experiencia y su vocación en la creación de la escuela de porteros del conjunto verdolaga, un proceso que nació con visión de largo plazo y que hoy se consolida como una auténtica cantera de talento y formación integral.

Un proyecto pensado a largo plazo

La idea comenzó a tomar forma entre 2013 y 2014, en una etapa dirigencial que permitió estructurar procesos sólidos, con el respaldo de Juan Carlos de la Cuesta en la presidencia, Víctor Marulanda en la dirección deportiva y Nelson Reyes al frente del fútbol formativo.

Desde el inicio, la escuela se construyó con una metodología rigurosa, basada en la segmentación por edades, objetivos claros, contenidos técnicos y tácticos definidos y evaluaciones constantes, entendiendo que el arquero se forma tanto desde lo deportivo como desde lo físico, psicológico y humano.

En aquel momento, incluso dentro del club surgieron dudas sobre la viabilidad de sostener varios porteros de alto nivel de manera simultánea, especialmente cuando coincidieron nombres como Franco Armani, Gastón Pezutti, Camilo Vargas y Cristian Bonilla, pero el tiempo terminó validando la apuesta.

Resultados que trascienden el resultado

Con el paso de los años, la escuela de porteros de Atlético Nacional comenzó a entregar frutos visibles en el fútbol profesional, con arqueros formados en casa que hoy compiten en Colombia y el exterior, como Kevin Mier, Sebastián Guerra, Jhon Figueroa, David Agudelo y Walberto Agámez, entre otros.

El proyecto también se fortaleció gracias al aporte de entrenadores y referentes como Félix Serna, Edigson “Prono” Velázquez, Johnny Yepes y, de manera especial, René Higuita, cuyo conocimiento ayudó a perfeccionar los métodos de entrenamiento y evaluación en todas las categorías.

Más de 60 porteros han pasado por este proceso en los últimos años, y aunque no todos llegaron al profesionalismo, muchos encontraron en la formación verdolaga herramientas para la vida, un aspecto que Patiño valora como uno de los mayores logros.

Más de una década después de su retiro, el legado de Milton Patiño ya no se mide solo en arqueros consolidados, sino en un modelo formativo que posiciona a Atlético Nacional como una institución que piensa el fútbol desde el futuro y desde las personas.