Microplásticos amenazan a las lombrices y la salud del suelo

Microplásticos amenazan a las lombrices y la salud del suelo

Microplásticos amenazan a las lombrices y la salud del suelo

Los microplásticos ya no solo contaminan ríos y océanos. Un nuevo estudio revela que también están alterando la vida bajo nuestros pies. Las lombrices de tierra, esenciales para la fertilidad del suelo, están confundiendo partículas plásticas con alimento real. Esto provoca una caída alarmante en su capacidad reproductiva y compromete la salud de los suelos agrícolas de los que depende nuestra producción de alimentos.

Los microplásticos se comportan como “falsa comida”

El estudio muestra que las lombrices no pueden distinguir entre partículas de plástico y materia orgánica. Al ingerir estos fragmentos —muchas veces invisibles a simple vista— su sistema digestivo interpreta que ha consumido alimento suficiente. En consecuencia, reducen su ingesta de nutrientes reales y alteran su metabolismo.

Esta interferencia provoca problemas fisiológicos que afectan directamente su desarrollo y bienestar, dos factores clave para la estabilidad de las poblaciones de lombrices en entornos agrícolas.

Un impacto del 40% en la reproducción

Una de las conclusiones más preocupantes del trabajo científico es la disminución en la reproducción. Las lombrices expuestas a microplásticos reducen hasta en un 40% la producción de capullos —las estructuras donde se gestan nuevas lombrices—.

Este descenso tiene un efecto en cadena. Con menos lombrices, el suelo pierde su capacidad natural de aireación, mezcla de nutrientes y descomposición de materia orgánica, procesos indispensables para mantener cultivos sanos y productivos.

Por qué las lombrices son claves para los cultivos

Las lombrices actúan como ingenieras del ecosistema. Entre sus funciones más importantes destacan:

  • Aumentar la fertilidad del suelo mediante la descomposición de residuos orgánicos.
  • Mejorar la estructura del terreno, creando túneles que facilitan la infiltración del agua.
  • Estimular la biodiversidad microbiana, fundamental para el crecimiento de las plantas.

Cuando estas poblaciones disminuyen, el suelo pierde calidad y los cultivos se vuelven más vulnerables a la erosión, la sequía y la pérdida de nutrientes.

Un riesgo creciente en entornos agrícolas

La presencia de microplásticos en el suelo proviene de múltiples fuentes: aguas residuales utilizadas para riego, fragmentación de plásticos agrícolas, fertilizantes derivados de lodos y residuos plásticos que se degradan lentamente.

A medida que estas partículas se acumulan, los efectos sobre la fauna del suelo se vuelven más evidentes. Si las lombrices siguen disminuyendo, la capacidad del suelo para sostener cultivos podría verse comprometida a largo plazo.

Conclusión: un problema escondido bajo la superficie

El impacto de los microplásticos ya no es solo un desafío para los ecosistemas acuáticos. Hoy, también amenaza la base misma de la producción de alimentos. Proteger a las lombrices significa proteger la salud del suelo y, en última instancia, la seguridad alimentaria global.