Millonarios y Nacional firmaron un empate opaco que dejó dudas y pocas certezas.

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El esperado clásico entre Millonarios y Atlético Nacional terminó sin goles ni grandes emociones, dejando una sensación de decepción entre los aficionados que esperaban un espectáculo vibrante. Aunque el conjunto visitante mostró orden y supo administrar energías, el desarrollo del juego careció de intensidad y claridad ofensiva, especialmente por parte del cuadro capitalino, que apostó por una delantera juvenil que no logró romper el cerco defensivo rival.

La previa del encuentro generó gran expectativa, alimentada por la histórica rivalidad entre ambos clubes. Sin embargo, los primeros 45 minutos fueron completamente planos: sin disparos significativos, sin jugadas de peligro, y con un ritmo lento que contrastó con lo que suele esperarse de estos enfrentamientos. Apenas dos tarjetas amarillas decoraron un primer tiempo gris y sin mayores sobresaltos.

Nacional apostó por una nómina titular, pero el desgaste físico fue evidente tras su reciente compromiso internacional en tierras brasileñas. Por su parte, Millonarios dejó ver las limitaciones propias de su juventud, con jugadores como Néiser Villarreal y Luis Marimón que aún están en proceso de consolidación. A esto se sumó la discreta actuación de referentes como Daniel Ruiz, lejos de su mejor versión.

El segundo tiempo mostró algo más de dinamismo, y fue el equipo antioqueño quien generó las acciones más peligrosas. No obstante, la figura del arquero Álvaro Montero emergió para mantener intacta la valla embajadora con intervenciones clave.

A pesar del colorido en las tribunas y el ambiente festivo en las gradas, el duelo no cumplió con las expectativas. Faltó fútbol, faltaron emociones y, sobre todo, faltó el gol. Ambos equipos se marcharon con un punto, pero dejaron una deuda con su hinchada.