Monguí, el pueblo boyacense que enamora con su historia, arquitectura y balones de fútbol artesanales

En lo alto de la cordillera Oriental, a poco más de 3 horas de Bogotá, se esconde uno de los pueblos más mágicos y auténticos de Colombia: Monguí, joya colonial y orgullo boyacense que combina historia, tradición y paisajes inolvidables.
Reconocido como uno de los Pueblos Patrimonio de Colombia, Monguí no solo deslumbra con su arquitectura colonial, calles empedradas y la imponente Basílica Menor de Nuestra Señora de Monguí, sino también por su tradición artesanal en la fabricación de balones de fútbol. Sí, en este rincón andino se producen a mano cientos de balones que han recorrido canchas de todo el país.
Este destino se ha convertido en un favorito del turismo cultural y de naturaleza. Además de recorrer sus pintorescas calles, los visitantes pueden disfrutar del Puente de Calicanto, una joya de la ingeniería del siglo XVII construida en piedra y cal. Para los más aventureros, el cercano Páramo de Ocetá, considerado uno de los más bellos del mundo, ofrece rutas de senderismo entre frailejones, cascadas y neblina.
En Monguí, cada rincón guarda una historia. Su gente cálida, sus paisajes de postal y su rica tradición artesanal hacen que este pueblo sea una parada obligada para quienes buscan desconectarse de la ciudad y reconectar con lo auténtico.
¿Cómo llegar? Desde Bogotá se puede tomar un bus hacia Sogamoso y luego otro directo a Monguí. También hay opciones de tours desde Tunja o Duitama.
Recomendado: No te vayas sin llevarte un balón artesanal como recuerdo. Y por supuesto, prueba una taza de café campesino con una almojábana recién horneada.