Oscar Piastri no solo ganó el Gran Premio de Arabia Saudita y liderato mundial
Oscar Piastri no solo ganó el Gran Premio de Arabia Saudita: dio una clase magistral de carácter, precisión y coraje en el vertiginoso circuito callejero de Jeddah. El australiano de McLaren, que largó segundo, le plantó cara desde el arranque a Max Verstappen y no se inmutó ante el tetracampeón. En la primera curva ya le mostraba las garras al neerlandés, quien, apurado por la presión, se salió de pista. Esa maniobra lo marcó todo: Piastri fue el cazador y Max la presa. La penalización de cinco segundos para Verstappen fue solo una parte del cuento. El verdadero mérito fue sostener la carrera sin errores, en un trazado donde los muros no perdonan.
El #81 no ganó por casualidad. Cuando McLaren le falló en boxes y perdió posiciones, Oscar salió de nuevo a cazar. Se comió a Hamilton en un sobrepaso para aplaudir de pie y volvió a la punta como si fuera un veterano curtido. Fue su tercer triunfo en cinco fechas, lo que lo catapulta por primera vez al liderazgo del campeonato mundial. Y no es cualquier liderato: es el mensaje más fuerte de lo que va del año. El chico tímido que venía desde la F3 y la F2 hoy le pelea el título a Verstappen sin complejos.
Mientras tanto, en Woking ya se escuchan tambores de guerra interna. Lando Norris, el niño mimado del equipo, no levanta cabeza. Volvió a fallar en la Q3 y aunque escaló hasta el cuarto puesto, sus errores empiezan a pesar más que sus puntos.
¿Priorizará McLaren a su nuevo diamante? ¿O seguirá apostando a dos cartas? Lo cierto es que Piastri está ganando el respeto del paddock y el miedo de sus rivales. Verstappen lo sabe, y eso se le nota en el rostro.
Con 19 carreras por delante, la temporada promete una batalla épica. Pero si algo quedó claro en Jeddah es que Piastri no está aquí para esperar su momento: ya lo hizo suyo. Su madurez, su temple y su hambre de gloria lo ponen hoy en la cima. Y con lo que mostró, bajarlo de ahí no será nada fácil.
Pied e foto: Oscar Piastri, piloto.
