“Recuperamos niños de la calle”
El fútbol, una esperanza para los niños de Ciudad Porfía.

En las canchas polvorientas de Ciudad Porfía, en Villavicencio, un grupo de niños y jóvenes encuentra en el fútbol una alternativa para alejarse de los peligros de la calle. Bajo la dirección de Herney Rueda, un profesor comprometido con la formación deportiva y social, estos pequeños atletas sueñan con convertirse en profesionales del balón.
Labor
El club de formación, ubicado en el sector 3 de Ciudad Porfía y en el barrio Villa del Carmen, acoge a unos 80 niños y adolescentes, incluyendo niñas, brindándoles un espacio seguro donde pueden crecer, aprender disciplina y alejarse de las malas influencias. “Nosotros trabajamos en lo social, recuperamos niños de la calle, de las malas amistades y del vicio”, explica Rueda, quien ha dedicado su vida a transformar realidades a través del deporte.
Para muchos de estos jóvenes, el fútbol no es solo un pasatiempo, sino una oportunidad de cambiar su futuro. Sin embargo, la falta de apoyo del Estado y la escasez de recursos son obstáculos constantes. “Hay niños que ni siquiera tienen zapatos para entrenar, y nuestro club no cuenta con suficientes balones ni implementos deportivos”, señala el entrenador.
Infantes
Pese a las dificultades, el compromiso de Rueda y su equipo es inquebrantable. Junto a él, jóvenes como Esteban Zapata, Santiago Aguilar, Wilder Villanueva, Estiven Pineda, Breiner Macías, Dixon Cruz, Kevin Castro e Ian Novoa forman la alineación de un equipo que lucha no solo en la cancha, sino en la vida.
En la parte baja de la fotografía, otros nombres reflejan el esfuerzo colectivo: Kody Mondragón, Alexander Parra, Dominick Maceto, Samuel García, Valerie Ospina y Samuel Betancourt, niños que ven en el fútbol una salida a las dificultades de su entorno.
El mensaje de Rueda es claro: el gobierno y las entidades competentes deben prestar más atención a estos espacios, donde el deporte se convierte en una herramienta de transformación social. “Queremos que nuestros niños tengan oportunidades y que el fútbol siga siendo un refugio para ellos, lejos de la violencia y la drogadicción”, concluye.