Reforma tributaria de Petro obligará a las iglesias a pagar impuestos por actividades comerciales

Por primera vez, iglesias deberán tributar por actividades económicas
El Gobierno de Gustavo Petro presentó una nueva reforma tributaria que propone un cambio histórico: las iglesias pagarán impuestos en Colombia por sus actividades comerciales. La iniciativa fue radicada oficialmente el 1 de septiembre de 2025 en la Cámara de Representantes.
Este proyecto busca recaudar $26,3 billones para financiar el Presupuesto General de la Nación de 2026, que asciende a $556,9 billones, el más alto en la historia del país.
Solo las actividades comerciales serán gravadas
Según el texto de la reforma, las iglesias y confesiones religiosas deberán declarar renta por los ingresos derivados de actividades mercantiles. Sin embargo, seguirán exentas las prácticas estrictamente religiosas, como misas, oraciones y cultos.
Las organizaciones deberán separar sus ingresos, costos, gastos y patrimonio según el tipo de actividad para cumplir con las nuevas obligaciones fiscales.
Las iglesias manejan miles de millones en ingresos y patrimonio
Cifras de la Dian revelan que las iglesias obtuvieron ingresos brutos de $8,06 billones en 2023. Su patrimonio líquido rondaría los $19 billones, cerca del 2% del PIB. En 2019, este fue de $12,3 billones y en 2020 de $11,4 billones.
Colombia cuenta con aproximadamente 8.000 iglesias registradas en el Ministerio del Interior, las cuales estarían sujetas al nuevo régimen fiscal si la reforma es aprobada.
Reacciones y críticas desde el Congreso
La medida ya ha generado polémica. La senadora Lorena Ríos, del partido Colombia Justa Libres, rechazó la propuesta por considerar que desconoce el carácter no lucrativo de las iglesias.
Ríos afirmó en su cuenta de X que volverá a oponerse, como lo hizo en 2022: “El Gobierno pretende imponer una carga a las iglesias y confesiones, desconociendo su aporte social”.
Contexto fiscal detrás de la decisión
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, justificó la reforma señalando la necesidad de garantizar la estabilidad macroeconómica. Enfatizó que no se tocará la canasta básica ni a los estratos bajos.
La caída de ingresos fiscales en 2024 —una disminución del 2,2% del PIB— impulsó la búsqueda de nuevas fuentes de financiación, entre ellas, que las iglesias pagarán impuestos en Colombia por actividades económicas.