Talento quilichagueño sigue arriba

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Johan Stiven Carbonero Balanta, nacido el 20 de julio de 1999 en Santander de Quilichao, continúa consolidándose como uno de los futbolistas caucanos con mayor proyección internacional. Su velocidad, desborde y capacidad para desequilibrar por las bandas le han permitido destacar en el Inter de Porto Alegre, club brasileño en el que ha venido sumando minutos determinantes tanto en el Brasileirão A como en competencias regionales. Con apenas 25 años, el extremo ha logrado sostener un proceso de madurez deportiva que hoy lo mantiene firme en la élite del fútbol sudamericano, demostrando que su crecimiento no ha sido producto del azar, sino del trabajo constante y la disciplina.

Durante las últimas semanas, Carbonero ha tenido participación activa en los compromisos del Inter. Ha sido clave para generar profundidad por su costado, aportando en la creación ofensiva y ofreciendo variantes en el último tercio de la cancha, una característica que lo ha acompañado desde sus primeras apariciones en el fútbol profesional. Su estilo de juego, explosivo pero inteligente, lo ha posicionado como una pieza a la que los técnicos recurren para cambiar el ritmo del partido. Su regreso a la regularidad competitiva también ha sido bien recibido por la afición colorada, que reconoce en él a un jugador capaz de marcar diferencia en momentos decisivos, especialmente en encuentros cerrados donde su uno contra uno suele abrir defensas compactas.

A nivel de selección, el extremo quilichagueño vive un presente especialmente positivo. En sus más recientes convocatorias con la Selección Colombia ha respondido con solvencia, mostrando desequilibrio, participación activa en el frente de ataque y una mayor madurez táctica al momento de asociarse con los referentes ofensivos del equipo. Su anotación en el amistoso disputado ante Nueva Zelanda, aunque ocurrió hace varias semanas, continúa siendo recordada por la hinchada como una muestra de su capacidad para resolver dentro del área rival y aprovechar cada oportunidad con la camiseta tricolor. Ese gol, además, significó un impulso emocional importante en su retorno competitivo.

Hoy, el presente deportivo de Carbonero evidencia que atraviesa uno de los momentos más estables de su carrera: rendimiento sostenido, confianza en su capacidad individual y una proyección que lo mantiene como referente para los jóvenes talentos del norte del Cauca y del suroccidente colombiano. En cada presentación deja ver esa combinación entre potencia y técnica que lo llevó desde Quilichao a ligas internacionales, convirtiéndose en un símbolo de perseverancia para quienes sueñan con llegar al profesionalismo.

Al cierre de este perfil, Carbonero envió un mensaje especial a su municipio y a toda la región, invitando a participar de uno de los eventos deportivos más esperados del año: “Que ruede el balón, Quilichao. Nos encontramos en la Copa Navideña 2025. Este 23 de noviembre encendemos la fiesta deportiva que une región, talentos y sueños. Vengan, vibren y sean parte de esta inauguración que marca el inicio de nuestra navidad deportiva”.

De esta manera, el futbolista no solo continúa creciendo dentro de las canchas, sino que sigue apoyando e impulsando el desarrollo deportivo de su tierra, reafirmando su compromiso con las nuevas generaciones y con el fortalecimiento del deporte local.