Risaralda: tierra de café, montañas y magia natural

Ubicado en el corazón del Eje Cafetero, Risaralda es uno de los departamentos más encantadores y diversos de Colombia. Con apenas 14 municipios y una extensión relativamente pequeña, este territorio concentra una riqueza natural, cultural y turística que lo ha posicionado como uno de los destinos más visitados del país. Desde el místico Parque Nacional Natural Los Nevados hasta los cafés de origen y los coloridos pueblos de arquitectura colonial, Risaralda ofrece experiencias para todo tipo de viajeros.
Con Pereira como capital y eje de conectividad aérea y terrestre, recorrer Risaralda es fácil, seguro y enriquecedor. A continuación, los lugares más emblemáticos que ningún visitante debería perderse.
1. Santa Rosa de Cabal y sus termales: aguas que curan y paisajes que enamoran
A tan solo 15 kilómetros de Pereira se encuentra uno de los destinos más buscados del departamento: Santa Rosa de Cabal. Conocido por sus paisajes verdes y su clima fresco, este municipio es famoso por los Termales de Santa Rosa, un complejo natural con cascadas de agua caliente rodeadas de montañas, donde los visitantes pueden relajarse mientras disfrutan de un entorno selvático. También están los Termales de San Vicente, un poco más apartados y silvestres, ideales para quienes buscan desconexión total.
Además, Santa Rosa destaca por su gastronomía: la chorizada tradicional es imperdible.
2. Parque Nacional Natural Los Nevados: aventura en la alta montaña
Parte de este parque nacional se encuentra en Risaralda, y desde el municipio de Santa Rosa o desde Pereira se pueden organizar excursiones al Nevado de Santa Isabel, uno de los glaciares más accesibles del país. La ruta atraviesa páramos, lagunas y bosques andinos, y es ideal para amantes del senderismo, la fotografía y el turismo ecológico. El ascenso guiado es posible en un solo día, pero también hay planes de pernoctar en refugios de montaña.
3. Marsella: el pueblo verde del café y la memoria
Ubicado a 45 minutos de Pereira, Marsella es uno de los municipios más bonitos del Eje Cafetero. Su arquitectura republicana, su plaza central colorida y su famoso Jardín Botánico Alejandro Humboldt hacen de este lugar un destino para los amantes del paisaje cultural cafetero. Además, el cementerio católico, declarado monumento nacional, es una muestra del arte funerario más impresionante de Colombia.
Marsella es también un modelo de turismo sostenible y educación ambiental.
4. Pereira: capital vibrante entre montañas y cafetales
Pereira no solo es un punto de paso, sino un destino en sí mismo. Su Plaza de Bolívar, donde la famosa estatua del Bolívar desnudo es ícono local, y el Viaducto César Gaviria Trujillo ofrecen panorámicas inigualables. A pocos minutos del centro urbano, el Bioparque Ukumarí, uno de los más grandes de América Latina, permite conocer especies de fauna en entornos controlados pero naturales.
Además, Pereira es ideal para el turismo de salud, con hoteles spa, clínicas estéticas y cafés especiales de exportación.
5. Santuario y el Parque Natural Tatamá: biodiversidad sin igual
En el occidente del departamento se ubica el municipio de Santuario, puerta de entrada al Parque Natural Regional Serranía de los Paraguas y al Parque Nacional Natural Tatamá. Este último es una joya de la conservación, donde se encuentran especies únicas de flora y fauna, muchas en peligro de extinción. Es un destino perfecto para observadores de aves, biólogos, fotógrafos y viajeros que buscan naturaleza pura.
6. Apía y su tradición cafetera orgánica
Apía es un referente del café orgánico en Colombia. En sus fincas cafeteras se produce un grano de alta calidad, cultivado sin químicos y bajo sombra, que ha ganado premios internacionales. Varios emprendimientos ofrecen rutas del café, donde los visitantes pueden participar en cosechas, tostión y catación. Además, Apía tiene una activa vida cultural, con festivales de poesía y música andina colombiana.
7. Belén de Umbría y el río Risaralda: naturaleza viva entre montañas
Este municipio, conocido por sus plantaciones de caña y café, ofrece paisajes montañosos y rurales ideales para caminatas, cabalgatas y avistamiento de aves. El río Risaralda, que atraviesa la región, permite actividades como tubing y pesca deportiva en sectores como Puente Umbría. También hay reservas naturales comunitarias como El Cedral, donde se promueve el turismo responsable y la educación ambiental.
Risaralda: pequeño en tamaño, gigante en experiencias
Pese a ser uno de los departamentos más pequeños del país, Risaralda demuestra que la riqueza no se mide en kilómetros cuadrados. Sus rutas del café, sus montañas místicas, sus pueblos patrimoniales y su gente amable hacen de este destino un tesoro que vale la pena descubrir con calma.
Risaralda no solo es paisaje. Es memoria, es sabor, es conservación, es identidad. Un viaje por este departamento es una invitación a reconectar con la tierra, la cultura y la biodiversidad más pura de Colombia.