Turismo astronómico en Colombia: tres destinos mágicos para ver las estrellas en agosto

Turismo astronómico en Colombia, agosto el mes para disfrutar del cielo nocturno, gracias a su ubicación geográfica

Turismo astronómico en Colombia, agosto el mes para disfrutar del cielo nocturno, gracias a su ubicación geográfica

Agosto es el mes ideal para disfrutar del cielo nocturno en Colombia. Gracias a su ubicación geográfica y diversidad de paisajes, el país ofrece escenarios únicos para observar fenómenos astronómicos como lluvias de meteoros, constelaciones y cielos despejados. Si eres amante del universo, aquí te presentamos tres destinos imperdibles para practicar astroturismo en este mes mágico.

1. Desierto de la Tatacoa: el epicentro del cielo estrellado

Ubicado en el departamento del Huila, el Desierto de la Tatacoa es considerado uno de los mejores lugares de Colombia para la observación astronómica. Con más de 300 noches despejadas al año, este paisaje árido y silencioso ofrece condiciones óptimas para ver estrellas, planetas y lluvias de meteoros como las Perseidas.

En Villavieja, el Observatorio Astronómico de la Tatacoa ofrece charlas, telescopios y recorridos nocturnos guiados. Además, la experiencia se complementa con senderismo, fotografía nocturna y alojamiento rural, ideal para quienes buscan una conexión profunda con el cosmos.

2. Villa de Leyva: colonial, cultural y cósmica

A solo tres horas de Bogotá, Villa de Leyva combina arquitectura colonial, historia y cielos despejados. Este municipio boyacense es famoso por sus festivales astronómicos y su cercanía a zonas rurales con baja contaminación lumínica.

Durante agosto, sus noches se llenan de magia, especialmente en zonas como el Observatorio Astronómico de Mal Paso, donde se puede aprender sobre la cosmovisión indígena U’wa y disfrutar de muestras pictográficas ancestrales.

3. La Guajira: estrellas sobre el desierto y el mar

El norte colombiano también ofrece una experiencia astronómica única. En La Guajira, los cielos despejados sobre el desierto y el mar Caribe crean un contraste espectacular. Lugares como Punta Gallinas y Cabo de la Vela permiten ver constelaciones y fenómenos celestes sin interferencias urbanas.

Además, el contacto con la cultura Wayuu en estos territorios aporta una dimensión espiritual y ancestral al turismo astronómico, convirtiendo cada noche estrellada en una experiencia transformadora.