La emblemática cuarta etapa del Tour de Francia, celebrada en Rouen, quedó marcada este martes por un grave incidente de seguridad que puso en jaque la tranquilidad del evento deportivo. Un joven de 21 años, prófugo de un hospital psiquiátrico, irrumpió en la zona de meta portando un cuchillo y comenzó a amenazar a los espectadores y agentes de seguridad. La situación escaló rápidamente cuando apuñaló en el pecho a un policía antidisturbios, quien resultó herido pero protegido gracias a su chaleco blindado.
El ataque se produjo aproximadamente dos horas antes de la llegada de los ciclistas, entre ellos el campeón Tadej Pogacar, quien ese día alcanzó la victoria número 100 en su carrera profesional. El agresor, tras herir al agente, intentó huir pero fue neutralizado por otro policía que disparó para detener la amenaza. El joven fue atendido de inmediato por los servicios médicos y quedó bajo custodia policial.
El episodio generó un momento de pánico y conmoción entre los asistentes, organizadores y corredores. La rápida y proporcionada respuesta de las fuerzas del orden evitó una tragedia mayor, como confirmó el fiscal Sébastien Gallois, quien destacó que el chaleco protector salvó la vida del agente apuñalado. La organización del Tour reforzó las medidas de seguridad en la zona de meta para garantizar la protección del público y los participantes en las siguientes etapas.
El agresor, identificado como un joven que se había escapado semanas atrás de un hospital psiquiátrico, mostró un comportamiento errático y violento que puso en riesgo la integridad de muchas personas. Las autoridades francesas mantienen la investigación abierta para esclarecer las circunstancias que llevaron a este acto y determinar las responsabilidades legales correspondientes.
El incidente pone en evidencia los desafíos que enfrentan los cuerpos de seguridad en eventos deportivos masivos, donde la concentración de público y la expectación generan situaciones vulnerables. La coordinación entre la policía y los servicios médicos fue clave para controlar la emergencia y minimizar daños, demostrando la importancia de protocolos de respuesta rápida y equipamiento adecuado.
A pesar del susto, la etapa pudo concluir sin interrupciones mayores y Pogacar celebró su triunfo, aunque la sombra del ataque dejó una sensación agridulce en el ambiente. El Tour de Francia, uno de los eventos deportivos más prestigiosos del mundo, deberá continuar reforzando sus sistemas de seguridad para preservar la integridad de todos los involucrados y evitar que hechos violentos empañen la pasión por el ciclismo.