Imputan en Brasil gestos de racismo a preparador físico
Tras comprobarse lo sucedido a través de unos videos difundidos públicamente, el proceso penal continuó en São Paulo,
Foto: Cortesía.
El pasado 11 de julio, luego del partido entre Universitario de Deportes y Corinthians por la ida de los play-offs de la Copa Sudamericana 2023, el expreparador físico de Universitarios, Sebastián Avellino, fue detenido por la policía brasileña, debido a que fue denunciado por algunos hinchas locales por gestos de racismo.
Tras comprobarse lo sucedido a través de unos videos difundidos públicamente, el proceso penal continuó en São Paulo, más allá de que el uruguayo fue liberado y regresó al Perú días después.
Denuncia y condena
La denuncia llegó hasta el Grupo Especial de Lucha contra los Delitos Raciales y de Intolerancia (GECRADI) del Ministerio Público de São Paulo, por lo que solo era cuestión de tiempo para que se emitiera un dictamen definitivo. Así pues, esto se dio el pasado 1 de diciembre, ya que el Juzgado 29 Penal de Barra Funda estableció la obligación de que le ‘charrúa’ pague dos salarios mínimos brasileños (540 dólares) a una entidad pública de destino social.
Como se pudo apreciar en las imágenes vinculadas a los gestos racistas de Avellino, este imita a un mono mientras se dirige hacia la hinchada del ‘Timão’ que se encontraba en una de las tribunas del Neo Química Arena. Obviamente, esto pasó por la evaluación del Ministerio Público y pesó para que se le estableciera una condena.
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Imputan a Avellino por racismo
“El imputado, al simular un mono para ofender a los aficionados, practica una conducta escandalosa y prejuiciosa que descalifica, rechaza y antagoniza a un grupo vulnerable”, sostuvo el GECRADI en su denuncia. En ese sentido, para el Ministerio Público de São Paulo el uruguayo denigró a los brasileños por su origen y color, igualándolos con un mono.
Mariana Pieragnoli Viana fue la fiscal quien estuvo a cargo del caso de Avellino y defendió su tesis de la denuncia ante el juez Antonio María Patiño Zorz. Este último determinó lo siguiente: “¿Cómo se le puede explicar a un niño negro o moreno el significado de esos gestos? La imagen perduró y traspasó las fronteras del campo. No fue un gesto hacia un grupo de aficionados, sino más bien un gesto de desprecio hacia el ser humano”.
